Hola, despues de estar perdida por la estratosfra del stress laboral y familiar, quiero recordar a una amiga muy particular.
Analia es chiquitita de cuerpo, mucho más que yo, y eso que yo soy bastante pequeña, siempre fue flaca y tiene cara de nena. Mucha. Tanto que a los 14 años, cuando nos conocimos parecia de 7 años, a los 20 de 15 y ahora a los 27 si dice que tiene 21 o 18, todos le creen sin dudarlo un segundo. Sus hermanas son iguales, es como un don con el que nacieron. Eso incluye la voz, tiene una voz suavecita, apenas seseosa que hasta da ternura.
Pero el momento en que me termino de caer bien, alla lejos y en 4º año del secundario, fue cuando la profesora de biologia pregunto si alguien sabia que eran esas pelotitas blandas y transparentes que a veces aparecen en la orilla del mar. Nadie sabia que eran, pero ella levanto la mano, desde el fondo de la clase donde le gustaba sentarse y con su vocecita dijo entusiasmada y segura de "saber" la respuesta:
-Son huevos de tiburon!!
La carcajada general incluyo la de la enternecida profesora y su entonces mejor amiga, Andrea. Desde entonces y hasta que se libró del secundario fue conocida como Tibu por todos, hasta el punto que algunos ya no se acordaban su nombre (era un curso de 45 alumnos)
A pesar de su carita, Analia tiene una personalidad muy fuerte y durante el secundario nos llevamos siempre bien, pero dandonos poca bolilla. Yo tenia mi grupo de amigas y ella el suyo, pero ambas somos de ese tipo de personas que no se cierra a un determinado circulo de personas, sino que se relacionan con cualquiera con quien pegue un poco de onda, sin importar diferencias u opiniones ajenas.
Asi era que cuando mi grupo se reia de Tibu y sus amigas fans de Luis Miguel, yo me juntaba a charlar con ellas igual y cuando sus amigas miraban horrorizadas mi look hippie y/o ricotero (pase por muchas etapas, chicos), ella me hablaba como a una más de su grupo.
En el viaje de egresados todos son mejores amigos de todos y por suerte compartimos varias aventuras juntas que aun recordamos, burlonas como somos, cada tanto, pero aun seguiamos cada una en su propia orbita.
Eso si, nos quejabamos y criticabamos con saña las mismas cosas...
Misteriosamente seguimos en contacto despues del secundario, ella vive relativamente cerca mio y a lo largo de los años la vi con pelo largo, con corte de varoncito, la vi con vinchas de luis miguel, desmayada en un recital, la vi bailando marcha, cumbia, tomando cerveza, vino o tragos raros, la vi volcarse al rock nacional, cortarse el flequillo onda stone y hasta la vi (esto si es raro) sin maquillaje.
Es una persona independiente, que no le tiembla la voz ni el pulso en mandarte a la miercoles y jamas volver a hablarte, incluso si eso le hace quedarse sola por largo tiempo. Ella hace la suya, cambia, avanza, se equivoca pero no mira para atras, su orgullo es enorme y su fuerza de caracter la saca siempre a flote.
Es la tipica amiga que puedo dejar de ver por un año entero, juntarme con ella y que todo siga bien...
Hoy en dia, seguimos las dos en mundos diferentes, pero si estoy por ir a un recital de rock, puedo pensar en ella para acompañarme y, si me sobran unos dias y unos pesos extra, capaz que viene conmigo en un viajecito de relax. Eso si, yo voy en pantaloncitos blancos onda zen, pelo suelto y make up free y ella en jeans, pelo atado y lineas negras de pintura bordeandole los ojos...
30/9/09
Analia tiburonzin
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Etiquetas: Analia Tibu
4/8/09
Andres, el mundo y yo II
Bueno, despues de la primera etapa de no darnos bolilla vino la etapa de conocernos. Fue como ya dije, algo muy sutil, yo tenía la cabeza quemadísima tratando de cortar los histeriqueos de Gustavo y de resignarme a mi vida con Diego y él estaba bastante ocupado tratando de adaptarse a los horarios rotativos, al trabajo estresante y a la fauna hotelera.
Creo que nuestras primeras conversaciones tuvieron que ver con celulares, era la etapa de apogeo de esos aparatos, cuando recien empezaban a ser algo que todo el mundo tenia y cuando todos los meses salía un modelo nuevo y que alguien lo tenga significaba que vengan hasta de otros sectores para verlo, como si hubieras traido a tu hijo recien nacido al trabajo, o aun más... El estaba tratando de convercer a su hermano, que trabajaba en Movistar, que le consiga un V3i liberado y se enojaba cuando este le decía que no, hasta que un día llegó al trabajo feliz luciendo su nuevo celular y solo algunos privilegiados pudimos revisarlo debido a la paranoia común de todo poseedor de "chiche nuevo"
A partir de ahí empezamos a congeniar un poquito más, el se quejaba de los huespedes y yo le daba apoyo, ya sea burlandome de ese huesped, poniendo algun punto a favor de la situación o contandole sobre huespedes peores. Cuando tenía algun leve enfrentamiento con compañeros, yo, ya más experimentada en lidiar con ellos, le daba algunas pautas para mejorar su situación.
Luego, paulatinamente, empezó a contarme que tenía problemas con su novia. Eran siempre comentarios esporádicos sobre los celos de ella o las discusiones que habían tenido el fin de semana. Al principio apenas lo escuchaba, luego le presté más atención y me reía de lo que contaba por más serio que fuera, diciendole que ya estaba grande para pelear con su novia por pavadas dignas de chicos de 15 años. Es que esas cosas en mi mundo no existían, siempre fui muy tranquila y diplomática a la hora de resolver conflictos.
La cosa es que parece que mis comentarios le servían o le hacian sentir bien o solo lo bajaban a tierra y eso era algo nuevo para él, pero de a poco se fue sintiendo más comodo contandome sus cosas, hasta que llegamos a que me cuente los verdaderos conflictos que habían no solo entre ellos, sino con su familia y su vida también. Era un especie de terapia informal y desordenada que tenía lugar en cortisimos momentos de respiro entre check ins, check outs, llamados telefonicos de a miless y las escapadas de 5 minutos a la sala de descanso.
Yo también empecé muy de a poquito (cuando digo, sutil, paulatino, de a poquito, quiero decir que todo este proceso llevó como 6 meses) a contarle mi historia con Diego, mis dudas, mis frustraciones, mis sentimientos mezclados, y desde entonces entablamos una relación mucho más cercana.
Empece a esperar con ansias que se hicieran las 14hs para compartir solo una horita el turno con él y luego bajar juntos a tomar un cafe (él en su descanso de 5 minutos y yo ya fuera de turno) los días que trabajaba a la tarde, o bajar a desayunar muy tempranito a la mañana para que él me haga compañia antes de irse a su casa cuando trabajaba a la noche o los domingos y lunes en que compartiamos el turno entero para charlar de nuestras cosas, contar anécdotas graciosas, reirnos de todo y de todos y tomar toneladas de café de máquina en todas sus variantes. A él le pasaba exactamente igual...
Descubrimos que teníamos el mismo sentido del humor: acido, ridiculo e infantil; que nos gustaba ser malos con la gente, que teníamos el mismo sentido de justicia y que ambos queríamos deshacernos de nuestras parejas pero no podíamos. Nos sentíamos como 2 compinches fracasados y cada uno era el burlón consuelo del otro.
Yo no me di cuenta, ni siquiera lo sospechaba, pero para ese entonces él ya me estaba mirando con otros ojos...
HABRA MÁS...
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16/7/09
Sabri la mariposa
Sabrina fue otra de las personas que estuvo presente en esos tiempos confusos del Hotel C.
Es una persona realmente especial que siempre me insipó buenos sentimientos.
Es alta y muy flaca, tanto que cuando levanta los brazos se le marcan los tendones, pero es elegante, educada, inteligente, tranquila y tiene una sonrisa enorme de dientes perfectos que hipnotiza a cualquiera.
Esta obsesionada con las mariposas, tiene una tatuada en el tobillo y todos sus collares, aros, pulseras, hebillas son de mariposas. Regala cosas con mariposas, dibuja mariposas y escribe sobre mariposas, es decir, mariposas...
Entró como recepcionista de turno intermedio, cosa que hasta ese entonces la Dra gerente se había negado a implementar ya que creía que las quejas de exceso de trabajo en recepcion eran puras patrañas. La cuestión es que Sabrina tiene el mismo extraño apellido que la Dra gerente y los rumores fueron desde el principio que era una sobrina de ella, cosa que ambas se encargaron de negar mil veces. Es más, aún hoy, varios años después y siendo buenas amigas sigue evitando el tema, aunque ahora muchas cosas cambiaron, quiza deba preguntarle una vez más, aunque sea solo por el placer de oirla admitirlo...
De todos modos siempre fue obvio que tenian un parentezco ya que ella era la unica que la Dra escuchaba, la unica que no tenía que mostrar su bolso al salir, la única que usaba aros gigantes y pañuelos llamativos en la sobria recepcion sin que nadie le diga una sola palabra.
El primer día bajé con ella al comedor de personal así no almorzaba sola y de paso le mostraba el resto del hotel. Sabía que si entraba sola a ese comedor se la iban a comer viva con la mirada. No solo por ser nueva, sino por ser "familiar" de la Dra gerente y por que su estilo refinado no encajaba con ese lugar oscuro y ruidoso.
Recuerdo que miró toda la comida disimulando su repulsión con elegancia y se sirvió una ensalada.
-Sos vegetariana, no?
-Si, como te diste cuenta?
-Y... sos un alambre y te servis ensalada...
-Jaja! Si, es que cuando ibamos al campo teniamos una vaca y un dia mi papa tuvo que matarla y desde entonces no puedo comer carne.
Aja... su familia tiene campo, pensé yo.
-Y por que viniste a trabajar aca? -le pregunté y su respuesta me dio una pauta muy clara de la clase de persona que era ella.
-Es que necesitaba cambiar un poco, probar cosas nuevas y a mi familia se le ocurrió que trabajar podía ser una buena idea...
Adinerada y bohemia.
-Pero no habías trabajado antes?
-Si, despues que termine mi carrera, hice un intercambio en Australia, pero no me gustó.
Mi cabeza casi estalla de la ironía: Mi sueño en ese momento era irme a trabajar a Australia y hasta estaba averiguando los requisitos y tramites...
La odié un poquito, pero solo le llevó un par de semanas para que todo eso dejara de importar. Sabrina era amable con todos, muy inteligente, bah, mejor dicho, intelectual. Sus buenos modales y ademanes parsimoniosos de princesa eran una cosa tan rara en ese mundo de bestias con los que yo trabajaba que la empecé a adorar sin importarme que a ella no le haga falta trabajar y que este usando sus vivencias para inspirarse en nuevos cuentos (porque ella escribe y muy bien) o que venga cada día con un par de zapatos nuevo y carteras Louis Vuitton o que ni siquiera sepa cuanto le pagaban porque no le importaba.
Con el correr de los días nos hicimos amigas, le conté mis mambos y ella los suyos y ella me consolaba trayendome chocolates o regalandome algun par de aritos o mandandome por mail algun poema alentador que había encontrado por ahi, era la amiga que me daba paz y buenos augurios para despues de la tormenta.
Era bailaora de flamenco, escritora, bailarina clasica y hasta había trabajado de profesora de historia en un pueblo del sur donde había viajado con un ex novio.
Y por dos cosas se hizo famosa Sabrina en el hotel.
Una fue por enamorar perdidamente a Alex, el recepcionista veterano del hotel, ese petisito canoso, con humor tan acido que te quemaba y poca vida fuera de su puesto de trabajo. De pronto, en nuestras salidas after hour (si eso existe en hotelería) se venía con camisas nuevas, afeitado y perfumado. No se despegaba de ella y se la pasaba hablandole y contandole anecdotas que hacían descostillar de risa a Sabrinita. Se besaron en la fiesta de casamiento de otro recepcionista, Agustin (donde vale aclarar que tambien tuve un momento de los tantos "casi pasa algo" con Gustavito), y luego la acompañó a su casa, salieron juntos un par de veces más pero ahí quedó todo. Según Alex: No se que quiere esa mina. Según Sabrina: Hemos estado sentados media hora en una plaza y ni siquiera me dio la mano, tuve que pedirle yo que me abrazara. Segun el hotel entero: Alex y Sabrina en la fiesta? jajaja!!!!
La otra cosa que la hizo famosa fue como mando a la mierda a todos aquellos a los que nadie podía en ese hotel. Y es que era un trabajo de mucha presión y si bien Alex la protegía mientras compartían turno, había días en que le tocaba estar sola y ella se sobrepasaba. Nunca pense que podría salirse de sus casillas. Varias veces tuvo que entrar al back a llorar mientras algun maletero sacaba momentaneamente las papas del fuego. Otras se agarró con el conserje (un idiota) con el gerente de mantenimiento (un sorete) y con algun que otro huesped (de los que trataban de apurarla por que era mujer), eso si, siempre con altura, jamas una mala palabra... Pero lo que la convirtió en leyenda fue un mediodía caotico en el que ni siquiera compartir turno con Alex alcanzaba. Era un día terrible y Sabrina bajó a almorzar, se llevó el bolso porque, igual que muchas otras veces iba a comer algo afuera, y nunca más volvió. La llamamos por telefono cien veces pero no hubo caso, no iba a volver. Desde ese día fue mi idola.
Al otro día pude hablar con ella y dijo que simplemente salió del lugar y no pudo parar de caminar hasta que llegó a su casa.
Poco despues de eso, viajó a NYC donde su hermana menor vivía hacía poco (en realidad fue de vacaciones, se enamoró y nunca regresó), allí conoció a Morgan con quien de a poco empezó una linda relación, vino a Argentina cada vez que se le vencía la VISA para luego regresar, algunas veces nos juntabamos todos los chicos del hotel (Alex siempre alerta pero ella ya estaba a un millon de años luz) y luego ya eramos solo nosotras dos; algunas veces venía peleada con Morgan, otras llorando porque lo extrañaba o acompañada por él.
Mientras estaba alla, nos mandabamos interminables mails contandonos en detalle los que nos iba pasando, nuestras penas, nuestros miedos y nuestros problemas y dandonos mutuo apoyo y esperanza. Me mandó cientos de postales hermosas y hasta algunos regalitos que siempre me hacían sentir mal porque nunca le mandé nada.
Todavía vive allá, trabajando de niñera, de profesora de flamenco y danza, de curadora de cuadros, de modelo y de escritora que busca editor. Sigue vistiendose de gitana/hippie y no tiene idea de lo que es cumplir un horario de oficina o del significado de stress.
Creo que se parece más a las mariposas de lo que creía...
En marzo se casó con Morgan, en agosto tiene audiencia para que le den la residencia norteamericana y por estos días debería estar de visita por estos pagos, ojala la vea pronto.
Tengo muchas ganas de volver a verla.
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Etiquetas: Hotel C, Sabrinitus
6/7/09
Carlos winner
Confieso que iba a continuar con alguna de las historias ya comenzadas, pero circunstancias actuales en mi vida hicieron que recuerde a Carlos. No pertenece a la epoca del Hotel C, o si.
Bah, un poco...
Lo conocí en la universidad, ambos estudiabamos la mentirosa carrera de hotelería y nuestros caminos se cruzaron en la epoca en que empece a trabajar y tuve que pasarme a turno tarde para poder hacer ambas cosas.
Entrar en un aula donde todos se conocían desde hacía un año y tenía ocupados los codiciados asientos de atras, fue casi traumático para mi. Tuve que sentarme adelante de todo y en el medio sintiéndome expuesta y bicho raro, pero al lado mio se sentó él. Vestía con una remera de mangas largas verde y un pulover finito a rayas, con el pelo rubio bien cortito y su sonrisa de ganador. Era justificado. Carlos literalmente se partia al medio y encima era elocuente y gracioso. Bah, en realidad hablaba bastantes boludeces y le gustaba llamar la atención pero creo a las chicas no les importaba y los varones estaban demasiado ocupados envidiándolo como para darse cuenta de las pavadas que decía. En realidad si no hubiera sido lindo, sería insoportable.
Nunca pasé desapercibida para él, desde ese primer día siempre me decía alguna cosa y yo lo miraba entre embelezada y espantada por las giladas que decía.
Además, el turno tarde me trató mal y como todos los grupos estaban armados y ninguna de las chicas tuvo la amabilidad de agregarme, tuve que formar grupo de estudio con los pocos varones del curso: unos mellizos treitañeros, un pendex menemista y Carlos. Ahi nos conocimos un poco más y en seguida entablamos ese tipo de relacion como la de los hermanos Macana pero en este caso con toques de histeriqueo masculino. La verdad que yo no lo busque, de entrada descarté totalmente la posibilidad de que me diera bola y no lo tomaba en serio. Además, yo estaba con Diego. Hice caso omiso a sus insinuaciones infantiles y supongo que gracias a eso obtuve su total interés, aunque seguí sin darme por aludida.
Para mitad de año Diego y yo nos tomamos un tiempo separados, nos veíamos muy poco y yo ya había empezado a sospechar que algo de la relación no funcionaba. Recuerdo que en lugar de sentirme triste, me invadió una enorme sensación de alivio y los días se me pasaban rápidamente sin que siquiera me diera tiempo a pensar en lo que sentía.
Entonces una tarde, antes de salir de clase, las chicas con las que intentaba congeniar empezaron a hablar de una salida, de donde irían y como y bla, bla... Ninguna me invitó y me dio por las bolas aunque tampoco sabía si podría asistir. Pero Carlos se acercó a mi en la cafetería y frente a todas esas chirusas ;) me preguntó como iba a hacer para ir hasta el bar donde se juntaban. Le dije que ni siquiera sabía que estaba invitada.
-Yo te invito.
-Pero no traje dinero, solo lo justo del día
-No importa, te presto
-Estoy en zapatillas.
-Y que? y tambien estoy en zapatillas...
No se despegó de mi en toda la noche, yo quería y no quería a la vez. Carlos era muy lindo pero aturdía con sus palabras; no era de confiar y para ese entonces mi cabecita no concebía ningun otro tipo de relación que no fuera formal. Y Carlos no servía para eso. Pero era demasiado tentador... Así que consiguió lo que quería, bah... casi todo lo que quería si es que me entienden. Recuerdo que le di alguna excusa tonta y todo quedó en unos lindos besos y nada más, la cosa se repitió un par de noches más y luego mis horarios volvieron a cambiar y tuve que volver a turno mañana. Nunca tuve su telefono ni su mail ni él los mios y en seguida me olvidé de él.
Unos meses después lo vi en epoca de finales y me contó que se iba a trabajar una temporada a Mexico, me habló como si nada, como a una más. Era de esperar y me alegré de no haberme involucrado mucho más con él.
Lo curioso del caso fue que lo volví a cruzar años después, en la fiesta de fin de año que organizó una conocida casa de tango. Para ese entonces yo ya había vuelto con Diego y estabamos en plena crisis de concubinato. Fui con varios compañeros de trabajo, entre ellos Andres y Sol, y me gané un equipo de musica que todavía tengo.
Fue Sol la que reconoció entre el gentío a Carlitos, era inconfundible, siempre bien vestido con colores que resaltaban sus facciones, seguía lindo; resultó ser que Sol fue a la misma universidad que yo solo que dos años más tarde, alli conoció a Carlos que, al haber viajado a Mexico perdió un año de estudios que recuperó en la misma comisión que mi querida amiga. (Hay que tener cuidado por que el mundo es un pañuelo muy chiquito!)
Antes de irnos, nos quedamos hablando un rato. Me recriminó lo que nunca pasó entre nosotros y me invitó a un telo pero yo le dí la misma excusa tonta de la primera vez.
-Una vez te lo creo, pero dos? No me estarás evitando, no?
-Puede ser...
Y me fuí con mis compañeros. Esa noche, Sol y yo paramos un rato en el departamento de Andrés para hacer tiempo hasta que amanezca ya que ambas estabamos lejos de casa. Pusimos musica fuerte y nos tiramos en el sillón. Al rato Sol se quedó dormida y Andrés y yo bajamos la música, hicimos mates y conversamos hasta que amaneció. Me sentí cómoda y pasamos un lindo rato.
Fue la primera vez que se me cruzó por la cabeza verlo como algo más que un compañero de trabajo.
Me alegro tanto, pero tanto de no haberme ido con Carlos...
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Etiquetas: Andrecito, Hotel C, Miscelaneos, SolcitoSalmon
3/7/09
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Por hacerme la banana con las plantillas había anulado los comentarios...
Recien hoy me avive. Creo que mejor abandono la idea de poner un reloj y demas chiches que tenia ganas para este blog, no sea cosa que despues las letras me queden invisibles...
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Etiquetas: Miscelaneos
1/7/09
Gustavito cabron
Gustavo era y es aun un verdadero sorete. Y es por eso que me cayo bien casi de entrada. Tiene ese sentido del humor macabro, acido y negro que tanto me hace reir y sorprender. Eso de exteriorizar sin ningun tapujo aquellos pensamientos malvados que todos tenemos pero callamos para poder vivir en sociedad, me sorprende y solo despues me divierte. Si, lo que mas provocaba Gustavo en mi era sorpresa, cuando pensaba que no podia ser más sorete, ahi se venia con alguna ocurrencia que superaba todo lo anterior.
Tambien era sucio (o al menos debia secar sus camisas en una caja de carton humeda), mujeriego (aunque bastante bagayero), engreido y amarrete (rozando con lo miserable). Ahora me creen? Ya se los dije, un sorete.
Pero aun asi, y aunque quiza nunco supo cuanto, jugo un papel muy importante para mi. Nunca podria haber funcionado siquiera un beso entre nosotros pero cuando comence a estar mal con Diego, él me empezo a encantar.
Gustavo fue quien me incluyo en el cerrado clan de la recepcion, empezo a hablarme y tantear mi personalidad a traves de bromas y comentarios de los de su tipo. Rapidamente me senti a gusto, teniamos varias cosas en comun y entramos en confianza, demasiada. Me hacia bromas pesadas como ponerme sal en mi botellita de agua o entregarme la agujereadora (de las de oficina, no las de pared) con la tapa de abajo suelta de modo que cuando la levantaba caian todos los circulitos de papel sobre mi escritorio o escribiendo "sexo gratis aqui" en el nick de mi msn cuando bajaba al baño o parandose a mi lado y a la voz de "comela" me empujaba la nuca hacia abajo o llamando y cortando freneticamente al 0 (operadora, o sea yo) de modo que tuviera que atender 15 llamados seguidos diciendo mi speech sin poder putear o colgar porque alguno de los llamados podia ser real. Tambien haciamos competencias de tirar banditas elasticas al aire para ver quien las hacia llegar mas lejos, entre otras idioteces...
Al principio las bromas eran esporadicas y me causaban gracia pero despues fueron demasiadas por lo que empece a cortarle la onda pero el lograba volver a foja cero con pequeños actos pseudo romanticos.
Recuedo que cuando volvio de sus vacaciones en Sudafrica (por que siendo maletero hacia mas guita que todos los recepcionistas juntos, pero no gastaba un peso ni en remedios) lo primero que me pregunto fue si me habia peleado con mi novio. Le dije que no y puso cara de desilusion. Luego me mostro, primero que a todos, las fotos del viaje señalandome aquellas en las que salia el solo y me preguntaba si esa foto me gustaba, por el paisaje de fondo, claro... Tambien era el unico que notaba si un dia me maquillaba o si llevaba perfume. O el que me animaba si estaba depre alguna mañana o me conseguia bombones si le pedia. Entonces pense que solo se trataba de un gil que, cual nene de 5 años, molestaba a la chica que le gustaba. Algo de eso hubo. Hasta me ha llevado en auto a mi casa y quedado en un silencio incomodo por unos largos segundos antes de bajarme, pero claro, toda mi piel susurraba: "Sali corriendo!"
Y lo hice, a pesar de que en los ultimos tiempos no soportaba ni dormir al lado de Diego, a pesar de que necesitaba terriblemente una excusa para escapar de esa relacion, nada sucedió, simplemente no se sentia que fuera a estar bien...
A partir de ahi, la relacion se deterioro. Al poco tiempo se puso a salir con una chica que vivia en Cordoba y que visitaba cada tanto mientras vivia de chica en chica en Buenos Aires. Si, llegaba todos los domingos al trabajo totalmente destruido, contaba con lujo de detalles las cosas que habia hecho la noche pasada, le mandaba mensajitos cariñosos a su novia y me hacia alguna jodita de las habituales. Para entonces ya no me parecia gracioso ni simpatico sino que lo detestaba y vivia enojandome con el por su baja moralidad. Todo lo que hacia me irritaba y el me trataba cada vez con mayor desprecio. Eso, de alguna forma dolia, pero a la vez me ayudaba a no pensar en mi verdadero problema de concubinato. Era mi distraccion oscilar entre cariño y odio hacia él y volver a mi casa pensando en nuestros dialogos enfermizos.
Pero pronto dejo de ser el centro de mi atencion, porque Andrecito entro en escena y todo lo demas dejo de importar.
Gustavo por su parte, despues de una convivencia infructuosa con su cordobesa, se fue a trabajar a Emiratos Arabes Airlines o algo asi, ahora vive en Dubai, con una novia en cada aeropuerto, amasando fortunas y conociendo el mundo. Ese era su sueño... Es un sorete feliz.
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Etiquetas: Hotel C
28/6/09
Fauna Hotelera I
De los personajes que conocí en el Hotel C todos dejaron alguna marca en mi. Se podría decir que a partir de ellos, forme una suerte de patrones según los que clasifico y comparo personas nuevas. Es decir, cada vez que conozco a alguien nuevo y veo sus actitudes, las asocio a alguien que conocí en el pasado y de esa manera tengo una idea más clara de como relacionarme con esa nueva persona principalmente para prevenir y/o suavizar futuros roces, conflictos, traiciones, etc. No lo hago a proposito sino que es algo automatico y sutil que me sucede siempre.
Eramos muchos empleados, cerca de 300 conviviendo en un trabajo que te exigia laburar mañana, tarde y noche, sea sabado, domingo o navidad sin excepción.
Las relaciones se basan en eso, en que son los unicos que te entienden porque los amigos, novios y familiares consideran que quien se levanta un domingo a las 5 de la mañana para ir a trabajar o que llega a su casa del trabajo un lunes a las 7 am es un fenomeno de la naturaleza. Solo quienes trabajan con vos en lo mismo, quien te trae un cafe del bar a escondidas para ayudarte a no caerte de sueño mientras un huesped divide en 5 categorias sus consumos y los compara minusciosamente con la cuenta que le acabas de entregar durante media hora, solo quien te pide un cambio de turno para poder ir al casamiento de su hermana, te entiende realmente. El clima que se genera es de absoluta complicidad y camadería. Y esa es la regla general y absoluta, si tu postura es que alli vas a trabajar y no a hacer amigos, si mostras que te cagas en los demas y sus problemas y te cerras en tu mundo, lo más probable es que no superes el período de prueba.
No se olviden además que no teniamos jefe directo, solo la gerente-loca que jamas nos orientaba en nada ni se enteraba del 80% de las cosas que pasaban.
Quienes capacitaban, evaluaban y aprobaban o "ayudaban" a que no dure en el puesto una persona eran los propios empleados, tus compañeros, los dueños de la recepción.
Es por eso tambien que me cambió tanto la experiencia en ese hotel: por que me encontré con un mundo nuevo.
Hoy, con motivo de no hacer este post eterno, mencionaré solo a uno de mis compañeros, uno de los del principio...
-Gabriel: Era el telefonista de turno tarde que querían despedir, aquel a quien yo debía aspirar a serrucharle el piso. Gabriel estaba tan convencido de que era el mejor telefonista de todos, que era el que mas sabía sobre todo y que era indispensable para el hotel que al poco tiempo olvide las palabras de RRHH y creí que realmente era así y que jamas despedirían a ese tipo.
Pero con el tiempo y a fuerza de la paciencia y buena fe que entonces tenía, logre que poco a poco fuera revelandome su verdad. Gabriel era grandote, no muy culto y estudiaba aviacion, soñaba con ser piloto y se la pasaba mostrandome fotos de aviones, videos de despegues y sus notas en cada vuelo de prueba. Pero ademas estaba perdidamente enamorado de una chica unos años mayor que el que tenia un hijo, que habia trabajado de gobernanta en el hotel y que la habian despedido por sorete e hijadeputa. Todos la recordaban asi y algunos comentaban que desde que Gabriel salia con ella habia cambiado; en los ultimos tiempos juntos supe más al respecto. Esta mina lo tenía de los pelos, lo dejaba cuidando a su hijo mientras ella salia con amigas o a trabajar, su familia la odiaba y para seguir con ella tuvo que distanciarse de todos, incluso de muchos amigos y compañeros de trabajo. Ahora estaba solo, resentido y sospechando que algo no estaba bien pero demasiado enamorado como para reaccionar. Cuando volvio de sus vacaciones me dijo que se habia casado con ella a escondidas de sus allegados y me pidio que no diga nada en el trabajo. Lo respete y me compadeci de él. En los ultimos, dias que estuvimos juntos trate de ayudarlo, (si, antes era buena tambien) de darle algunas pautas para que se acerque a su familia y concilie las partes. Debí admitir que Gabriel a simple vista era pedante, soberbio e irritable pero cuando llegue a conocerlo más, entendi que era un pobre tipo. Lo despidieron a las pocas semanas de reintegrarse de sus vacaciones. Reaccionó mal, con mucho enojo pero no supe nada más de él, me hubiese gustado.
Y en lo que a efectos practicos respecta, Gabriel me dejo amplios conocimientos sobre las 3 consolas telefonicas que tenia que manejar a la vez, sobre la correctisima manera de realizar mi trabajo (era verdad que sabia mucho) y las primeras impresiones negativas sobre algunos compañeros que al principio parecian exageradas pero que luego resultaron ciertas. Gaby, donde quiera que estes, un beso enorme...
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Etiquetas: Hotel C