1/7/09

Gustavito cabron

Gustavo era y es aun un verdadero sorete. Y es por eso que me cayo bien casi de entrada. Tiene ese sentido del humor macabro, acido y negro que tanto me hace reir y sorprender. Eso de exteriorizar sin ningun tapujo aquellos pensamientos malvados que todos tenemos pero callamos para poder vivir en sociedad, me sorprende y solo despues me divierte. Si, lo que mas provocaba Gustavo en mi era sorpresa, cuando pensaba que no podia ser más sorete, ahi se venia con alguna ocurrencia que superaba todo lo anterior.
Tambien era sucio (o al menos debia secar sus camisas en una caja de carton humeda), mujeriego (aunque bastante bagayero), engreido y amarrete (rozando con lo miserable). Ahora me creen? Ya se los dije, un sorete.
Pero aun asi, y aunque quiza nunco supo cuanto, jugo un papel muy importante para mi. Nunca podria haber funcionado siquiera un beso entre nosotros pero cuando comence a estar mal con Diego, él me empezo a encantar.
Gustavo fue quien me incluyo en el cerrado clan de la recepcion, empezo a hablarme y tantear mi personalidad a traves de bromas y comentarios de los de su tipo. Rapidamente me senti a gusto, teniamos varias cosas en comun y entramos en confianza, demasiada. Me hacia bromas pesadas como ponerme sal en mi botellita de agua o entregarme la agujereadora (de las de oficina, no las de pared) con la tapa de abajo suelta de modo que cuando la levantaba caian todos los circulitos de papel sobre mi escritorio o escribiendo "sexo gratis aqui" en el nick de mi msn cuando bajaba al baño o parandose a mi lado y a la voz de "comela" me empujaba la nuca hacia abajo o llamando y cortando freneticamente al 0 (operadora, o sea yo) de modo que tuviera que atender 15 llamados seguidos diciendo mi speech sin poder putear o colgar porque alguno de los llamados podia ser real. Tambien haciamos competencias de tirar banditas elasticas al aire para ver quien las hacia llegar mas lejos, entre otras idioteces...
Al principio las bromas eran esporadicas y me causaban gracia pero despues fueron demasiadas por lo que empece a cortarle la onda pero el lograba volver a foja cero con pequeños actos pseudo romanticos.
Recuedo que cuando volvio de sus vacaciones en Sudafrica (por que siendo maletero hacia mas guita que todos los recepcionistas juntos, pero no gastaba un peso ni en remedios) lo primero que me pregunto fue si me habia peleado con mi novio. Le dije que no y puso cara de desilusion. Luego me mostro, primero que a todos, las fotos del viaje señalandome aquellas en las que salia el solo y me preguntaba si esa foto me gustaba, por el paisaje de fondo, claro... Tambien era el unico que notaba si un dia me maquillaba o si llevaba perfume. O el que me animaba si estaba depre alguna mañana o me conseguia bombones si le pedia. Entonces pense que solo se trataba de un gil que, cual nene de 5 años, molestaba a la chica que le gustaba. Algo de eso hubo. Hasta me ha llevado en auto a mi casa y quedado en un silencio incomodo por unos largos segundos antes de bajarme, pero claro, toda mi piel susurraba: "Sali corriendo!"
Y lo hice, a pesar de que en los ultimos tiempos no soportaba ni dormir al lado de Diego, a pesar de que necesitaba terriblemente una excusa para escapar de esa relacion, nada sucedió, simplemente no se sentia que fuera a estar bien...
A partir de ahi, la relacion se deterioro. Al poco tiempo se puso a salir con una chica que vivia en Cordoba y que visitaba cada tanto mientras vivia de chica en chica en Buenos Aires. Si, llegaba todos los domingos al trabajo totalmente destruido, contaba con lujo de detalles las cosas que habia hecho la noche pasada, le mandaba mensajitos cariñosos a su novia y me hacia alguna jodita de las habituales. Para entonces ya no me parecia gracioso ni simpatico sino que lo detestaba y vivia enojandome con el por su baja moralidad. Todo lo que hacia me irritaba y el me trataba cada vez con mayor desprecio. Eso, de alguna forma dolia, pero a la vez me ayudaba a no pensar en mi verdadero problema de concubinato. Era mi distraccion oscilar entre cariño y odio hacia él y volver a mi casa pensando en nuestros dialogos enfermizos.
Pero pronto dejo de ser el centro de mi atencion, porque Andrecito entro en escena y todo lo demas dejo de importar.
Gustavo por su parte, despues de una convivencia infructuosa con su cordobesa, se fue a trabajar a Emiratos Arabes Airlines o algo asi, ahora vive en Dubai, con una novia en cada aeropuerto, amasando fortunas y conociendo el mundo. Ese era su sueño... Es un sorete feliz.

2 comentarios:

Zeithgeist dijo...

Llegar a envidiar un sorete puede hacer q te tengas q replantear las cosas.
Gracias.

Roxi dijo...

Durante gran parte del relato me preguntaba por qué hacías parecer tan adorable a este sorete / pelmazo, jajajajajjaja.
Pero resulta que al final el sorete, terminó más sorete que antes. y que la complicidad se acabó, supongo que le molestó que nuuunca pasara nada a pesar de la energía del podría ser. (Por que nadie normal aguanta todas las bromas que te hacía).
Pero lo bueno es que te distrajo en un momento de crisis, de tus verdadero problemas.
Abrazo !

 
Template by suckmylolly.com - background image by elmer.0